martes, marzo 28
lunes, marzo 27
jueves, marzo 23
24 de marzo ...
Durante años y años, esta fecha ha dado vueltas por mi cabeza, sin que recordara exactamente qué enmarcaba.
El 24 de marzo … algo importante había sucedido … ¿pero qué?
Y hoy el gobierno argentino confirma la fecha como … el aniversario que conmemora la entrada de ese país … mi país … en las páginas negras de la historia.
El 24 de marzo de 1976 podía leerse en los periódicos, allí en mi casa: “… General Videla … golpe de estado … toque de queda … estado de sitio”, dando comienzo a la debacle que tanto nos marcó a muchos.
Y diez años después, ya de regreso a una situación política normal, cuando Amnistía Internacional daba a conocer su terrible informe sobre Argentina (haz clic aquí si quieres leerlo), también podíamos leer en los periódicos: “Sin olvido ni perdón” … “Nunca más” … como algunos de los lemas que marcaron la reacción posterior del pueblo argentino a esa época.
Porque …
¿Qué perdón podría existir para los responsables de exterminar una generación en mi país?
Nunca más … eso no podía volver a pasar nunca más … ni en casa ni en ningún otro país.
Hace algunos meses escribí un relato breve, tratando de explicarle a un muy buen amigo mío (mexicano él, y totalmente ajeno a las barbaridades de la época), lo básico de la situación … (haz clic aquí si quieres leer el relato) … pero la verdad, hoy a la distancia ya no estoy segura de que eso explique algo … de que eso le permita entender a alguien por qué se llevan a cabo este tipo de atrocidades.
Por favor … trabajemos en que el “¡Nunca más!” se vuelva realidad.
martes, marzo 21
Intercambio
Intercambio es dar algo a cambio de otro algo.
Ese algo no necesita ser forzosamente un producto o dinero … puede ser amistad, cariño, apoyo … lo que se te ocurra que tenga valor.
Pero es importante que ambos algo sean de magnitud comparable. Para mantenerte en intercambio y estable, es vital que le des a la otra persona en cantidad suficiente o superior a lo que recibes de ella.
Si das menos o no das nada, tu espacio se colapsa sobre ti y … empiezas a tener problemas.
Si das en demasía, no hay problema contigo … el problema sería de la otra persona, que debe ponerse a mano.
Ante la duda, siempre procuro dar en demasía, cuidando claro está, de no causarle problemas a la otra persona.
A veces, lo dificultoso del asunto es cómo medir la cantidad de los intangibles que das a cambio. Por ejemplo, la amistad o el cariño que le brindas a esa persona … ¿es suficiente para mantenerte en intercambio con ella?
Hay veces que recibo tanto, tantísimo de alguien … que me es difícil ponerme en intercambio con esa persona. Por más que dé … siento que nunca puedo ponerme a la par con ella.
Y hay otras veces, en que darle intercambio a esa persona es virtualmente imposible … porque ¿qué o cómo podría darle algo a cambio a un escritor cuyos escritos del siglo XIX me han abierto los ojos y me han permitido vivir mejor?
That´s a tough one! ¡Eso es difícil!
Así que lo único que puedo hacer en esos casos, es hacer conocida su obra a otras personas, que otros tengan la misma oportunidad que tuve yo de poder vivir major.
Ese algo no necesita ser forzosamente un producto o dinero … puede ser amistad, cariño, apoyo … lo que se te ocurra que tenga valor.
Pero es importante que ambos algo sean de magnitud comparable. Para mantenerte en intercambio y estable, es vital que le des a la otra persona en cantidad suficiente o superior a lo que recibes de ella.
Si das menos o no das nada, tu espacio se colapsa sobre ti y … empiezas a tener problemas.
Si das en demasía, no hay problema contigo … el problema sería de la otra persona, que debe ponerse a mano.
Ante la duda, siempre procuro dar en demasía, cuidando claro está, de no causarle problemas a la otra persona.
A veces, lo dificultoso del asunto es cómo medir la cantidad de los intangibles que das a cambio. Por ejemplo, la amistad o el cariño que le brindas a esa persona … ¿es suficiente para mantenerte en intercambio con ella?
Hay veces que recibo tanto, tantísimo de alguien … que me es difícil ponerme en intercambio con esa persona. Por más que dé … siento que nunca puedo ponerme a la par con ella.
Y hay otras veces, en que darle intercambio a esa persona es virtualmente imposible … porque ¿qué o cómo podría darle algo a cambio a un escritor cuyos escritos del siglo XIX me han abierto los ojos y me han permitido vivir mejor?
That´s a tough one! ¡Eso es difícil!
Así que lo único que puedo hacer en esos casos, es hacer conocida su obra a otras personas, que otros tengan la misma oportunidad que tuve yo de poder vivir major.
Siempre a tu lado
Esta es una canción de Javi Heras, que interpreta acompañado por Tontxu.
¡Me gusta ... me gusta muuuuuucho!
Siempre a tu lado
¡Me gusta ... me gusta muuuuuucho!
Siempre a tu lado
Una historia, algo que no se va;
cuentos de invierno en el desván.
Algo que te quiero contar,
y un pedacito de mi vida
que guardé yo para ti
Y es que mañana moriría,
si veo que no estás aquí
Sin querer acabé entre tus brazos,
sin querer busqué tus labios;
y buscando no quererte,
me encontré tan enganchado.
Que más da si no lo entienden,
Que más da si no nos dejan,
Si son nuestras almas tan distintas...
¿por qué mueren si se alejan?
Fue al crecer que cambié la forma en las pasiones,
Fue al reír que encontré un mundo de colores.
Fue al besar que aprendí que duelen los amores.
Ven por mí, quiero ver el mar, junto a ti.
Sin saber quise amarte con descaro,
sin temer hacerme daño,
y entre luces apagadas,
vi tus ojos que me miraban,
reflejando la esperanza
de que entienda sin palabras,
de que nuestras vidas son tan distintas
son perfectas si se enlazan.
Fue al crecer que cambié la forma en las pasiones,
Fue al reír que encontré un mundo de colores.
Fue al besar que aprendí que duelen los amores.
Ven por mí, quiero ver el mar, junto a ti.
Cierra los ojos, coge mi mano, prometo estar siempre a tu lado;
en los momentos buenos y en los malos.
Prometo estar siempre a tu lado …
Fue al crecer que cambié la forma en las pasiones,
Fue al reír que encontré un mundo de colores.
Fue al besar que aprendí que duelen los amores.
Ven por mí, quiero ver el mar, siempre a tu lado …
Javi Heras, con Tontxu
cuentos de invierno en el desván.
Algo que te quiero contar,
y un pedacito de mi vida
que guardé yo para ti
Y es que mañana moriría,
si veo que no estás aquí
Sin querer acabé entre tus brazos,
sin querer busqué tus labios;
y buscando no quererte,
me encontré tan enganchado.
Que más da si no lo entienden,
Que más da si no nos dejan,
Si son nuestras almas tan distintas...
¿por qué mueren si se alejan?
Fue al crecer que cambié la forma en las pasiones,
Fue al reír que encontré un mundo de colores.
Fue al besar que aprendí que duelen los amores.
Ven por mí, quiero ver el mar, junto a ti.
Sin saber quise amarte con descaro,
sin temer hacerme daño,
y entre luces apagadas,
vi tus ojos que me miraban,
reflejando la esperanza
de que entienda sin palabras,
de que nuestras vidas son tan distintas
son perfectas si se enlazan.
Fue al crecer que cambié la forma en las pasiones,
Fue al reír que encontré un mundo de colores.
Fue al besar que aprendí que duelen los amores.
Ven por mí, quiero ver el mar, junto a ti.
Cierra los ojos, coge mi mano, prometo estar siempre a tu lado;
en los momentos buenos y en los malos.
Prometo estar siempre a tu lado …
Fue al crecer que cambié la forma en las pasiones,
Fue al reír que encontré un mundo de colores.
Fue al besar que aprendí que duelen los amores.
Ven por mí, quiero ver el mar, siempre a tu lado …
Javi Heras, con Tontxu
Cada amigo ...
¿Me enriqueces por lo que me aportas o por lo que de mí me haces descubrir?
Creo que el valor de la amistad radica exactamente en las cosas que de ti mismo te hace manifestar.
Cada amigo … te brinda riqueza por lo que te contribuye, sí. Pero mucho más por lo que tenías adormilado en tu alma y … ¡ese ser hace que salga a la luz!!
domingo, marzo 19
sábado, marzo 18
Pobre hombre rico
Esto “me lo volé” del blog de Abs. Me pareció sumamente ingenioso y quise compartirlo contigo … esa es una de las principales características de Abs, su ingenio. En su blog encontrarás cosas muy lindas, así como una desopilante historia sobre un cerdo, con la que me reí durante varios días! Dale click aquí si queres leerla.
En este escrito que él tituló Versus, demostró una vez más su talento.
Gracias, Abs
Versus
Soy rico, tengo poder.
Soy pobre, tienen poder sobre mí.
Soy rico, quiero más.
Soy pobre, quiero algo.
Soy rico, tú trabajas para mí.
Soy pobre, trabajo para ti.
Soy rico, la ley me considera inocente hasta el final.
Soy pobre, soy culpable hasta el final y después...
Soy rico, mis hijos se drogan para divertirse y no quiero darme cuenta
Soy pobre, mis hijos roban para drogarse. Yo sufro por ellos.
Soy rico, si me equivoco pierdo dinero.
Soy pobre, si me equivoco lo pierdo todo.
Soy rico, si me haces algo te demando.
Soy pobre, si me haces algo me tengo que quedar callado.
Soy rico, tengo un perro caro y si se enferma lo atiendo en las mejores clínicas.
Soy pobre, mi perro se murió porque no tuve dinero.
Soy rico, le compré un auto nuevo a mi hijo.
Soy pobre, mi hijo tiene rabia porque le robaron la bicicleta.
Soy rico, mi señora está estresada coordinando la cena de esta noche.
Soy pobre, mi señora trabaja, llega a la casa a lavar, planchar y hacer la comida para mañana y casi siempre sonríe.
Soy rico, no sé que voy a comer mañana.
Soy pobre, no sé si voy a comer mañana.
Soy rico, si algo no me parece lo digo y me prestan atención.
Soy pobre, si algo no me parece y lo quiero decir, hago trámites, trámites y me hacen dar vueltas.
Soy rico, soy imprescindible.
Soy pobre, soy postergable.
Soy rico, me compro una casa más grande.
Soy pobre, la casa me quedó chica, tengo que subdividir los cuartos.
Soy rico, disfruto de mi piscina.
Soy pobre, mis hijos se refrescan en la toma de agua de la esquina.
Soy rico, mi abogado me representó en el juicio.
Soy pobre, no me dejaron entablar juicio pues no tenía dinero para abogados... y resulté culpable.
Soy rico, donde voy siempre me ofrecen una oportunidad.
Soy pobre, y busco oportunidades, pero no me las dan.
Soy rico, me atienden como a un rey.
Soy pobre, tengo que atenderte como rey.
Soy rico, si la embarro te echo la culpa.
Soy pobre, si me echan la culpa debo aceptarlo porque "el cliente tiene la razón".
Soy rico, no sé qué hacer con mi dinero.
Soy pobre, no sé que más hacer para tener dinero.
Soy rico, tengo mi vejez asegurada.
Soy pobre y viejo y pido fiado porque la jubilación no me alcanza...
Soy rico, ejecutivo con treinta años de experiencia. Todos me quieren en su empresa.
Soy pobre, obrero con treinta años de experiencia y no encuentro trabajo.
Soy rico, mi ropa nueva es de última moda.
Soy pobre, mi ropa nueva es usada.
Soy rico, puedo ser prepotente contigo.
Soy pobre, podría ser prepotente contigo pero no debo.
Soy rico, si muero en este minuto, mi familia hereda todos mis bienes.
Soy pobre, si muero en este minuto mi familia hereda todas mis deudas.
Soy rico, me tengo que operar mañana en la clínica.
Soy pobre, me tengo que esperar seis meses para pedir hora, pues el hospital no da abasto.
Soy rico, tengo poder.
Soy pobre y tengo rabia...
Autor: José Luis Ramos
jueves, marzo 16
Relato renovado ...
Los aires nuevos son saludables. El cambio es la única constante de este universo.
Por ello, le agradezco a mi amigo Pepe esta visión renovada de la famosísima fábula de la liebre y la tortuga:
Reflexion...FABULA DE LA TORTUGA Y LA LIEBRE (Version mejorada........y actualizada).
Una Tortuga y una Liebre siempre discutían sobre quien era más rápida. Para dirimir el argumento, decidieron correr una carrera. Eligieron una ruta y comenzaron la competencia. La Liebre arrancó a toda velocidad y corrió enérgicamente durante algún tiempo. Luego, al ver que llevaba mucha ventaja, decidió sentarse bajo un arbol para descansar un rato, recuperar fuerzas y luego continuar su marcha. Pero pronto se durmió. La Tortuga, que andaba con paso lento, la alcanzó, la superó y terminó primera, declarándose vencedora indiscutible.
Moraleja: Los lentos y estables ganan la carrera.
Pero la historia no termina aquí: La Liebre , decepcionada tras haber perdido, hizo un examen de conciencia y reconoció sus errores. Descubrió que había perdido la carrera por ser presumida y descuidada. Si no hubiera dado tantas cosas por supuestas, nunca la hubiesen vencido.
Entonces, desafió a la Tortuga a una nueva competencia. Esta vez, la Liebre corrió de principio a fin y su triunfo fue evidente.
Moraleja: Los rápidos y tenaces vencen a los lentos y estables.
Pero la historia tampoco termina aquí: Tras ser derrotada, la Tortuga reflexionó detenidamente y llegó a la conclusión de que no había forma de ganarle a la Liebre en velocidad. Como estaba planteada la carrera, ella siempre perdería. Por eso, desafió nuevamente a la Liebre , pero propuso correr sobre una ruta ligeramente diferente. La Liebre aceptó y corrio a toda velocidad, hasta que se encontró en su camino con un ancho río.
Mientras la Liebre , que no sabía nadar, se preguntaba ¿que hago ahora?, la Tortuga nadó hasta la otra orilla, continuó a su paso y terminó en primer lugar.
Moraleja: Quienes identifican su ventaja competitiva (saber nadar, en este caso) y cambian el entorno para aprovecharla, llegan primeros.
Pero la historia tampoco termina aquí: El tiempo pasó y tanto compartieron la Liebre y la Tortuga , que terminaron haciéndose buenas amigas. Ambas reconocieron que eran buenas competidoras y decidieron repetir la última carrera, pero esta vez corriendo en equipo. En la primera parte, la Liebre cargó a la Tortuga hasta llegar al río. Alli, la Tortuga atravesó el río con la Liebre sobre su caparazón y, sobre la orilla de enfrente, la Liebre cargó nuevamente a la Tortuga hasta la meta. Como alcanzaron juntas la linea de llegada en un tiempo récord, sintieron una mayor satisfacción que aquella que habían experimentado en sus logros individuales.
Moraleja: Es bueno ser individualmente brillante y tener fuertes capacidades personales. Pero, a menos que seamos capaces de trabajar con otras personas y potenciar recíprocamente las habilidades de cada uno, no seremos completamente efectivos. Siempre existirán situaciones para las cuales no estamos preparados y que otras personas pueden enfrentar mejor.
La Liebre y la Tortuga tambien aprendieron otra leccion vital: cuando dejamos de competir contra un rival y comenzamos a competir contra una situacion, complementamos capacidades, compensamos defectos, potenciamos nuestros recursos...y obtenemos mejores resultados.
Por ello, le agradezco a mi amigo Pepe esta visión renovada de la famosísima fábula de la liebre y la tortuga:
Reflexion...FABULA DE LA TORTUGA Y LA LIEBRE (Version mejorada........y actualizada).
Una Tortuga y una Liebre siempre discutían sobre quien era más rápida. Para dirimir el argumento, decidieron correr una carrera. Eligieron una ruta y comenzaron la competencia. La Liebre arrancó a toda velocidad y corrió enérgicamente durante algún tiempo. Luego, al ver que llevaba mucha ventaja, decidió sentarse bajo un arbol para descansar un rato, recuperar fuerzas y luego continuar su marcha. Pero pronto se durmió. La Tortuga, que andaba con paso lento, la alcanzó, la superó y terminó primera, declarándose vencedora indiscutible.
Moraleja: Los lentos y estables ganan la carrera.
Pero la historia no termina aquí: La Liebre , decepcionada tras haber perdido, hizo un examen de conciencia y reconoció sus errores. Descubrió que había perdido la carrera por ser presumida y descuidada. Si no hubiera dado tantas cosas por supuestas, nunca la hubiesen vencido.
Entonces, desafió a la Tortuga a una nueva competencia. Esta vez, la Liebre corrió de principio a fin y su triunfo fue evidente.
Moraleja: Los rápidos y tenaces vencen a los lentos y estables.
Pero la historia tampoco termina aquí: Tras ser derrotada, la Tortuga reflexionó detenidamente y llegó a la conclusión de que no había forma de ganarle a la Liebre en velocidad. Como estaba planteada la carrera, ella siempre perdería. Por eso, desafió nuevamente a la Liebre , pero propuso correr sobre una ruta ligeramente diferente. La Liebre aceptó y corrio a toda velocidad, hasta que se encontró en su camino con un ancho río.
Mientras la Liebre , que no sabía nadar, se preguntaba ¿que hago ahora?, la Tortuga nadó hasta la otra orilla, continuó a su paso y terminó en primer lugar.
Moraleja: Quienes identifican su ventaja competitiva (saber nadar, en este caso) y cambian el entorno para aprovecharla, llegan primeros.
Pero la historia tampoco termina aquí: El tiempo pasó y tanto compartieron la Liebre y la Tortuga , que terminaron haciéndose buenas amigas. Ambas reconocieron que eran buenas competidoras y decidieron repetir la última carrera, pero esta vez corriendo en equipo. En la primera parte, la Liebre cargó a la Tortuga hasta llegar al río. Alli, la Tortuga atravesó el río con la Liebre sobre su caparazón y, sobre la orilla de enfrente, la Liebre cargó nuevamente a la Tortuga hasta la meta. Como alcanzaron juntas la linea de llegada en un tiempo récord, sintieron una mayor satisfacción que aquella que habían experimentado en sus logros individuales.
Moraleja: Es bueno ser individualmente brillante y tener fuertes capacidades personales. Pero, a menos que seamos capaces de trabajar con otras personas y potenciar recíprocamente las habilidades de cada uno, no seremos completamente efectivos. Siempre existirán situaciones para las cuales no estamos preparados y que otras personas pueden enfrentar mejor.
La Liebre y la Tortuga tambien aprendieron otra leccion vital: cuando dejamos de competir contra un rival y comenzamos a competir contra una situacion, complementamos capacidades, compensamos defectos, potenciamos nuestros recursos...y obtenemos mejores resultados.
martes, marzo 14
lunes, marzo 13
Turquesa profundo
Mientras cortaba otra rebanada de esa hogaza recién salida del horno, decidí hacer oídos sordos a las bromas de mis compañeros de viaje. Nunca ha existido nada interesante en las palabras de guerreros cansados de tanta lucha.
Habíamos determinado seguir al jefe Netón por la interminable cadena de montañas que peligrosamente bordeaba el mar, llamada Costa de la Muerte. Esa posada fue nuestra parada obligatoria para obtener un poco de alimento, muy escaso en los últimos días.
De pronto mi divagante mirada se cruzó con la de la posadera. Ella continuó observando los rostros de los presentes, pero yo no pude retirar mis ojos de ella. Esas dos perlas, de un color turquesa tan intenso, aún enmarcadas por las arrugas de la edad, esa sonrisa, me recordaban tanto a Moira. ¿Sería ella?
Mi imaginación se transportó a muchos, muchos años atrás, cuando Moira y yo éramos como uno solo. Pude sentir nuevamente su piel rozando la mía, sus tiernos besos, sus caricias. La vi como la última vez: caminando de un lado a otro en nuestra huerta bajo la arboleda, recogiendo frutas para la cena. Nos sentíamos tranquilos en ese lugar sagrado de nuestra tribu, nuestro lugar. Hasta habíamos grabado en la corteza de muchos árboles “M-A”.
Su único atuendo, un faldón largo, dividido en gajos para permitir un movimiento libre, abría sus pliegues al ritmo de su movimiento. De su cuello colgaba un collar plano de oro, que se movía al son de su paso, permitiendo fugaces vistazos a sus pechos. Su cabello rubio y largo, caía a los costados de su cuerpo. Toda la imagen se enlazaba para convertirse en una visión divina. ¡Cómo amaba yo a esa mujer!
Pero la felicidad se interrumpía por el galopar de caballos. Giré y desenfundé mi espada, gritándole a Moira que corriera, pero ya los brigantes estaban sobre nosotros. Comencé a dar espadazos ciegos, y parecían ser al aire, pues logré derribar sólo a unos pocos, mientras caía herido sobre la tierra, desde donde pude observar cómo un guerrero la tomaba por la cintura y se la llevaba a toda prisa.
La sacudida en el hombro me hizo regresar al presente, mientras el capitán me decía
- Paga y vámonos.
Mis compañeros ya se estaban preparando para continuar el viaje. Le entregué las monedas de oro a la anciana de bellísimos ojos. Con una brillante sonrisa, me dijo:
- Gracias Alan.
Habíamos determinado seguir al jefe Netón por la interminable cadena de montañas que peligrosamente bordeaba el mar, llamada Costa de la Muerte. Esa posada fue nuestra parada obligatoria para obtener un poco de alimento, muy escaso en los últimos días.
De pronto mi divagante mirada se cruzó con la de la posadera. Ella continuó observando los rostros de los presentes, pero yo no pude retirar mis ojos de ella. Esas dos perlas, de un color turquesa tan intenso, aún enmarcadas por las arrugas de la edad, esa sonrisa, me recordaban tanto a Moira. ¿Sería ella?
Mi imaginación se transportó a muchos, muchos años atrás, cuando Moira y yo éramos como uno solo. Pude sentir nuevamente su piel rozando la mía, sus tiernos besos, sus caricias. La vi como la última vez: caminando de un lado a otro en nuestra huerta bajo la arboleda, recogiendo frutas para la cena. Nos sentíamos tranquilos en ese lugar sagrado de nuestra tribu, nuestro lugar. Hasta habíamos grabado en la corteza de muchos árboles “M-A”.
Su único atuendo, un faldón largo, dividido en gajos para permitir un movimiento libre, abría sus pliegues al ritmo de su movimiento. De su cuello colgaba un collar plano de oro, que se movía al son de su paso, permitiendo fugaces vistazos a sus pechos. Su cabello rubio y largo, caía a los costados de su cuerpo. Toda la imagen se enlazaba para convertirse en una visión divina. ¡Cómo amaba yo a esa mujer!
Pero la felicidad se interrumpía por el galopar de caballos. Giré y desenfundé mi espada, gritándole a Moira que corriera, pero ya los brigantes estaban sobre nosotros. Comencé a dar espadazos ciegos, y parecían ser al aire, pues logré derribar sólo a unos pocos, mientras caía herido sobre la tierra, desde donde pude observar cómo un guerrero la tomaba por la cintura y se la llevaba a toda prisa.
La sacudida en el hombro me hizo regresar al presente, mientras el capitán me decía
- Paga y vámonos.
Mis compañeros ya se estaban preparando para continuar el viaje. Le entregué las monedas de oro a la anciana de bellísimos ojos. Con una brillante sonrisa, me dijo:
- Gracias Alan.
domingo, marzo 12
Teoría filosófica de Belén sobre la verdad y la realidad
Juan y Pedro están sentados en una mesa, uno a cada lado de la misma (si fuera la de la foto, Juan estaría sentado en la silla color madera y Pedro en la de color verduzco).
Tienen una cajetilla de cigarros, parada sobre la mesa, de manera que Juan ve el frente de la caja y Pedro ve el perfil.
La verdad de Juan respecto a la cajetilla de cigarros es que mide unos 5 cm. de base por unos 10 cm. de alto, con una profundidad desconocida.
La verdad de Pedro respecto a la misma cajetilla es que mide unos 2 cm. de base por unos 10 cm. de altura, con una profundidad desconocida.
Esa es la verdad para cada uno. No olvidemos la definición de verdad: es lo que es. ¡Y tanto es para cada uno que así lo está viendo!
Ahora Juan y Pedro se ponen a conversar respecto a la misma cajetilla. Para poder hacerlo bien y entenderse,
Juan se tiene que poner en los zapatos de Pedro … ahhhhhhh! Ahora Juan puede ver lo que veía Pedro, puede ver su punto de vista.
Y Pedro, al tener que ponerse en los zapatos de Juan … ahhhhh! Ahora Pedro puede ver lo que veía Juan, ve su punto de vista.
¡¡¡¡Ohhhhhhh maravilla!!! ¡¡¡Se comprenden!!!!!!!
Han obtenido una nueva dimensión de su propia verdad. Han llegado a un acuerdo, a una verdad acordada o, simplemente, realidad.
Si alguna vez has estado en el caso de Juan o Pedro y no lograste entenderte con la otra persona …
viernes, marzo 10
Compartir tu espacio ...
¿Te ha pasado alguna vez darte cuenta de que eres capaz de “ponerte en los zapatos” de otra persona, de que compartes su espacio?
De hecho, aunque no te hayas dado cuenta, para poder lograr una muy buena comunicación con otra persona, has compartido su espacio, has sido capaz de “ser” esa persona.
Hay veces que yo lo hago de manera inconsciente. De pronto, estoy hablando con alguien, o pensando en esa persona y … siento “cosas raras”, sensaciones o sentimientos ajenos a mí. Hasta que caigo en cuenta que no soy yo la que está creando esas percepciones.
En cambio, en otras ocasiones, lo hago adrede, sobre todo cuando me cuesta comprender los motivos tras ciertas acciones o actitudes. Me planteo algo así como “¿Qué estará pasando por esa cabecita?”. Y realmente trato de ser esa persona, no sólo hacerme creer que la comprendo. Por un breve lapso de tiempo, me convierto en ella. Y generalmente logro vislumbrarla.
En algunas oportunidades, me encuentro con alguien cuyo espacio se siente tan bonito que, recordándolo, cierro los ojos y me convierto en esa persona, pudiendo percibir lo que ella siente en esos momentos.
Eso sí, te advierto que alguna que otra vez, las menos, me ha pasado sentir escalofríos cuando me pongo en los zapatos de determinado individuo. Dura tan sólo unos segundos, y se siente tan feo, que me retiro de inmediato. ¡Y jamás permito que me vuelva a suceder!
Pero esto de la vida y los seres que la comparten conmigo me resulta una maravillosa aventura … ¡es una delicia compartir tu espacio!
De hecho, aunque no te hayas dado cuenta, para poder lograr una muy buena comunicación con otra persona, has compartido su espacio, has sido capaz de “ser” esa persona.
Hay veces que yo lo hago de manera inconsciente. De pronto, estoy hablando con alguien, o pensando en esa persona y … siento “cosas raras”, sensaciones o sentimientos ajenos a mí. Hasta que caigo en cuenta que no soy yo la que está creando esas percepciones.
En cambio, en otras ocasiones, lo hago adrede, sobre todo cuando me cuesta comprender los motivos tras ciertas acciones o actitudes. Me planteo algo así como “¿Qué estará pasando por esa cabecita?”. Y realmente trato de ser esa persona, no sólo hacerme creer que la comprendo. Por un breve lapso de tiempo, me convierto en ella. Y generalmente logro vislumbrarla.
En algunas oportunidades, me encuentro con alguien cuyo espacio se siente tan bonito que, recordándolo, cierro los ojos y me convierto en esa persona, pudiendo percibir lo que ella siente en esos momentos.
Eso sí, te advierto que alguna que otra vez, las menos, me ha pasado sentir escalofríos cuando me pongo en los zapatos de determinado individuo. Dura tan sólo unos segundos, y se siente tan feo, que me retiro de inmediato. ¡Y jamás permito que me vuelva a suceder!
Pero esto de la vida y los seres que la comparten conmigo me resulta una maravillosa aventura … ¡es una delicia compartir tu espacio!
martes, marzo 7
Ahhh ... soledad
Me da tristeza la soledad.
No la mía, la de mis amigos.
Yo casi nunca la siento. Cuando asoma su fea cabeza y creo que está a punto de llegar a mí, me pongo en contacto con mi mejor amigo (un libro) o mi mejor amiga (la música) y … ¡me olvido del mundo!
Pero cuando hablo contigo y percibo esa tristeza que te envuelve … ¡qué no daría por confortarte!
No le des importancia a cosas que no la tienen. Si te enojaste con tu novia/o … ¡mañana volverán a estar bien! Si no salió el negocio que planeabas y no sabes si los billetes que traes en el bolsillo te alcanzarán para comer … ¡yo te invito! O algún amigo que viva más cerca de tu casa.
Concéntrate en lo realmente valioso, aquello que no puedes reemplazar o solucionar.
Aunque si no puedes solucionarlo y verdaderamente no es cuestión de vida o muerte … no emplees tu tiempo en eso, no vale la pena.
Somos muchos los que te amamos, ¡para los que tú eres vital!
No la mía, la de mis amigos.
Yo casi nunca la siento. Cuando asoma su fea cabeza y creo que está a punto de llegar a mí, me pongo en contacto con mi mejor amigo (un libro) o mi mejor amiga (la música) y … ¡me olvido del mundo!
Pero cuando hablo contigo y percibo esa tristeza que te envuelve … ¡qué no daría por confortarte!
No le des importancia a cosas que no la tienen. Si te enojaste con tu novia/o … ¡mañana volverán a estar bien! Si no salió el negocio que planeabas y no sabes si los billetes que traes en el bolsillo te alcanzarán para comer … ¡yo te invito! O algún amigo que viva más cerca de tu casa.
Concéntrate en lo realmente valioso, aquello que no puedes reemplazar o solucionar.
Aunque si no puedes solucionarlo y verdaderamente no es cuestión de vida o muerte … no emplees tu tiempo en eso, no vale la pena.
Somos muchos los que te amamos, ¡para los que tú eres vital!