martes, marzo 7

Ahhh ... soledad

Me da tristeza la soledad.

No la mía, la de mis amigos.

Yo casi nunca la siento. Cuando asoma su fea cabeza y creo que está a punto de llegar a mí, me pongo en contacto con mi mejor amigo (un libro) o mi mejor amiga (la música) y … ¡me olvido del mundo!

Pero cuando hablo contigo y percibo esa tristeza que te envuelve … ¡qué no daría por confortarte!

No le des importancia a cosas que no la tienen. Si te enojaste con tu novia/o … ¡mañana volverán a estar bien! Si no salió el negocio que planeabas y no sabes si los billetes que traes en el bolsillo te alcanzarán para comer … ¡yo te invito! O algún amigo que viva más cerca de tu casa.

Concéntrate en lo realmente valioso, aquello que no puedes reemplazar o solucionar.

Aunque si no puedes solucionarlo y verdaderamente no es cuestión de vida o muerte … no emplees tu tiempo en eso, no vale la pena.

Somos muchos los que te amamos, ¡para los que tú eres vital!