Morir ...
Cuando escuché la frase “Morir para nacer a una vida nueva” … no supe realmente qué pensar.
Pero esas palabras se han hecho presentes en mí, de manera tan constante, que todo lo invaden, lo hacen mío y es ya imposible negar a qué se refieren.
No exponen la muerte física … no, no, ¡nooooooo! Hacen alusión a la muerte pues, el propósito de morir, es poder revalorar lo aprendido en ese lapso de vida.
Pero … si tuvieras la oportunidad de reevaluar lo vivido sin tener que abandonar el cuerpo … y pudieras plantearte una vida nueva … ¿lo harías?
Y eso es lo que quiere decir.
Se requiere muuuuucho valor para afrontar tu vida, sin cambiar el medio en el que te desarrollas y poder decidir vivirla más plenamente, significar algo realmente maravilloso para los que te rodean, liberarte de los atavismos … esa tendencia a continuar o imitar costumbres y formas de vida arcaicas … lo mismo que hemos hecho una y otra vez, pero que nunca ha dado resultado.
Quiere decir también eliminar las ideas fijas, esas que están tan sólidamente instaladas en tu mente, que te impiden ver las cosas tal cual son: simples, sencillas, sin vueltas, ni complicaciones.
Y hoy he decidido tomar esta asombrosa oportunidad que me brinda la vida, para poder vivirla plenamente, extendiendo mi mano a quien quiera acompañarme en este camino sin un final definido, pero tan lleno de magia que experimentar a cada instante.