La clave
La conversación tomó un giro que yo no buscaba. No tenía la clara intención de preguntarle sobre mis amigos. Sólo quería entender cómo funciona esto de que una entidad de luz te acompañe en el camino, aconsejándote y apoyándote.
- Tú sabes lo que tienes que hacer. Siempre lo has sabido. Ahora tal vez es más claro porque estás aprendiendo a escuchar a tu corazón. Mi presencia sólo favorece tu diálogo interno.
- Es tu presencia la que me causa curiosidad. ¿Por qué estás aquí?
- Ya te lo dije, para ayudar … a ti y a otros.
- Entonces … tú decides … ¿determinas si regresas o no, y qué es lo que tienes que hacer?
- Sí, yo decidí que fuera de esta manera. Hay otros como yo, que viven entre ustedes. Por cierto, uno de tus amigos es uno de nosotros. Está aquí porque él así lo quiere, es la manera que prefiere para ayudar.
- Y mi amiga … susurro de luz, ¿también?
- No, ella es libre. Como mariposa se detiene en las mieles de las flores. Va y viene sin rumbo fijo, sembrando esperanza y amor.
- ¿Y mi otra amiga?
- Ella está aquí para afianzar lo aprendido, llevándolo a la práctica. Y profundizar más cada día.
- ¿Y mi amigo, sobre el que no me has hablado todavía?
- El temor tiñe sus días. Lo disfraza con su risa. Pero sigue floreciendo y podrá volverse uno con el verdadero amor universal.
- Verás … el amor es la clave de todo.
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