domingo, diciembre 4

Mi padre ...


No tengo muchos recuerdos de él, pero fue el personaje principal de mi primera infancia.

Era muy paseador, bohemio y amiguero. Estaba de paso, jamás se quedaba quieto. Le gustaba llevarme con él en sus andares y me encantaba, porque conocíamos mucha gente nueva … sospecho que una buena parte de lo que soy proviene de él … lo nómada, el que mi máximo placer en la vida sea sentarme a charlar con un amigo, conocer cosas nuevas … y, hasta ahora, ¡nunca me había puesto a ver de dónde me habían salido esas peculiaridades!!

Debido a su carácter itinerante, llegó el momento de salir de España (imagino que Franco tuvo algo que ver también). Él tenía amigos que habían emigrado a Rusia, pero creo que terminamos en Argentina, sólo de carambola, por el deseo de mi madre por estar con su familia.

Recuerdo que la única vez que ví llorar a mi padre, fue cuando anunciaron el asesinato del Ché.

Ya estaba muy enfermo y yo le hacía compañía al regresar del colegio. Nos pasábamos tardes enteras viendo la tele o jugando, él desde su cama.

Lo extrañé mucho cuando se fue.

Aunque tengo la certeza de que, por varios años, permaneció conmigo cuidándome y jugando en mis sueños. Hasta que una mañana, al despertar se lo comenté a mi madre, quien se asustó muchísimo e inmediatamente me consiguió una consulta con un psiquiatra.

Fue la última vez que lo vi … pero he sentido su presencia muchas, muchas veces ...