domingo, noviembre 27

Amor ideal ...


Desde siempre, mi esperanza ha sido la existencia de un ideal de amor. No un amor perfecto, etéreo, ni un príncipe azul (porque, como dice mi amiga Caro … ¡luego destiñen! … jaja).

No te voy a decir que esta idea se ha mantenido inamovible durante toda mi vida. No. Ha tenido sus altas y sus bajas, y hasta por épocas se me ha olvidado … haciéndome sentir que me moría un poco. Ha sido fluctuante, pero perenne, enraizada a mí, pues representa una parte vital de mi corazón.

Ese ideal nada tiene que ver con la fantasía ni la imaginación. Sino con la certeza. Inamovible confianza de que un día llegará aquel a quien tanto he extrañado, que forma parte de mi alma … jirón de recuerdos extraviados.

Podría describírtelo en detalle … tanto lo conozco ... predecir sus reacciones, anticipar sus movimientos y sus miedos … extrañarlo sin tenerlo.

Ha representado un hueco ausente de mi alma, una parte de mí. Algunas veces percibí su llegada … quimera sin sentido. Otras, se confundía con mis sueños.

Y así, he caminado este breve trecho de vida, añorando su presencia, intuyendo su llegada casi a cada instante …