No tengo un anillo piramidal como Eléa
ni fui designada desde niña, como ella.
Mas disfruto de la abundancia de manera continua
y fui designada desde el principio de los tiempos,
teniendo la certeza de que “pronto volveremos a estar juntos”.
Por milésima vez estoy leyendo mi libro favorito, La noche de los tiempos,
de René Barjavel, y descubro en él cosas que antes no había notado
pues de seguro no estaba lista para comprenderlas.
“Soy de Paikan" Decía Eléa orgullosamente.Y yo digo “soy de él”.

Te extraño...

Creí que podía elegir.
Fue la curiosidad la que me impulsó,
el “¿qué pasaría si…?”,
pero no me dí cuenta que la elección implicaba
perder mis sueños más valiosos.
Y desde entonces, ya nada fue igual
¡te extraño tanto!

Llegó...

La comprensión simplemente llegó a mi.
una voz interior me dijo:
dejaste de trabajar en tus sueños,
cuando todo parecía gris
fuiste feliz, sembraste con ahínco las luces.
Y ahora que todo está bien
ya no lo haces.
Tus sueños son como luces
que marcan tu senda.
¡Trabaja en ellos!

Juzga por ellos...

Si te dicen que te aman
no sólo escuches, por más bellas palabras que utilicen.
Mira los hechos
Y juzga por ellos...

Por tu bien...

El hombre es básicamente bueno, cuando encuentra que puede dañar a alguien, simplemente se aleja.
¿Te has sentido abandonado o rechazado alguna vez?
Alégrate, fue por tu bien.

Señales...

Debes reconocer las señales, seguir tu intuición
y no arrepentirte después de no haber hecho lo que tu corazón te dicta.
Si se siente bien… ¡hazlo! No puede haber nada malo en ello.
Cuando creí que iba a morir, no me pesaba lo que sí había hecho,
Sino lo que quería hacer pero nunca hice,
Las palabras que quería decir y no me atreví.

Disfruta...

Disfruta lo más que puedas del AHORA,

pues en algún momento ya no existirá,

las rosas se marchitarán,

la relación acabará,

el niño crecerá.

Y sólo quedará tu recuerdo.