viernes, febrero 24

El amor

Y … ¿qué es el amor?

No sé, pero se me ocurre que podríamos decir es ese magnetismo que te une a otra persona, irresistiblemente a veces, irremediablemente otras. Como quieras definirlo, implica unión, cercanía, comunicación, acción.

Normalmente, cuando mencionas la palabra amor, piensas casi exclusivamente en el amor de pareja. Pero … ¿alguna vez se te ha ocurrido pensar que hay diferentes tipos de amor?

Tienes el amor que sientes hacia ti mismo (algunos lo llaman “instinto de supervivencia”, pero va un poquito más allá de eso). Amor imprescindible para que puedas desarrollarte en todas las clases de amor, porque … ¿cómo dar algo que no tienes?

El amor que sientes por tu pareja, que te lleva a tomarla de la mano y recorrer juntos un camino que los conduce a lograr lo que quieren conquistar en la vida, es otro tipo de amor.

El amor que sientes por tus hijos. Y cualquiera que tenga un hijo confirmará que nunca se había sentido capaz de amar tanto como a partir del primer momento en que lo tuvo en sus brazos.

Está luego la clase de amor que sientes por tus padres, hermanos, primos, etc.

El amor que sientes por tus amigos y todas aquellas personas que se mueven en tu círculo de influencia. Y podríamos meter aquí frases como “No busques un amigo para matar las horas, búscale con horas para vivir” o “Cosa dulce es un amigo verdadero” … las que quieras. Sé que conoces bien este tipo de amor sino, no estarías leyendo mi blog en este momento … jajajaja …

El amor que sientes por la humanidad, por todos englobados en un grupo gigantesco, inimaginable. Sé que este es un tipo de amor que nos cuesta trabajo vislumbrar, pero sólo tienes que ver la cantidad de ayuda humanitaria que aportamos cuando un desastre afecta alguna parte del planeta, no importa qué tan lejos estemos. Éste es un tipo de amor que también conoces.

El amor que tienes por los animales y las plantas. Algunos lo sentimos más profundamente, otros menos, pero igual no puedes negar que, si estuvieras paseando por el bosque y una ardilla llegara a tus pies para mordisquearte el zapato … no harías lo posible x acariciarla!

Indudablemente, existe el amor que sentimos por las cosas materiales. Y nuevamente, unos más, otros menos, pero … quién no amaría su casa nueva, que adquirió con tantísimo trabajo, o al carro, que cuidadosamente limpia cada mañana antes de irse a trabajar?

El amor que experimentamos por lo espiritual, como el arte o las cosas intangibles del espíritu.

Y hay un último tipo de amor: el que percibes por el ser supremo, divino hacedor, Dios, unión universal, o como quieras llamarlo. Ese amor que abarca a todos los demás.

El problema que solemos tener es que nos concentramos en un tipo de amor más que en otros y creamos un desequilibrio.

No es que todos los tipos sean iguales ni deban tener el mismo peso.

Pero debes saber que existen, cultivarlos todos y aprender a diferenciarlos. Eso puede darle coherencia a tu vida.

A veces, nos confundimos y tratamos a una de esas clases de amor como si fuera otra.

Dije a veces y yo se que a ti no te pasa … pero en ocasiones podemos, por ejemplo, querer educar a nuestro hijo/a como si fuera un perro del pedigrí más puro: “no toques esto, no hagas lo otro, te voy a dejar sin cenar, ¡para que aprendas!”

O … “!ese amigo/a me cae tan bien! … ¿cómo sería pasar una noche con él/ella?”

O… hay muchos ejemplos más de cómo podríamos confundir una clase de amor con otra, aunque claro, como a nosotros no nos pasa, no sabríamos … jajajaja ...