domingo, febrero 12

Crisis


Todas las crisis son buenas.

(Y no estoy hablando de la crisis de la tercera edad … que espero me falten muchos años para llegar a ella … jajaja).

Las crisis (vistas como proceso en el que está en duda la continuación, modificación o cese y también otro tipo de crisis sería una situación dificultosa o complicada) presentan una oportunidad invalorable para que te replantees algún aspecto de tu vida, tan necesario para que puedas vivir mejor, aspires a metas diferentes, quieras lograr otras cosas.

Implica cambio. Y muchos somos reacios a los cambios, por lo que enfrentamos las crisis de manera diferente. Soy una convencida de que la manera en cómo una persona las encare, me puede contar mucho sobre ella.

Puedes tratar de esquivar la crisis, pretender que no existe y, al cabo de un tiempo … ¡el mundo se te vendrá encima!

Puedes darte cuenta de que existe, pero no te atreves a verla en profundidad y sientes que nada puedes hacer al respecto … no sólo estará el mundo sobre tus hombros, agobiándote, sino tu propia autoestima y tu concepción de la vida pues … ¡fracasaste!

O puedes, sencillamente, tomar consciencia de un cambio en tu vida (¡lo único realmente permanente que existe son los cambios!), meditar (unos instantes o media vida, pero … ¡hacerlo!), tomar las decisiones del caso y llevarlas a la práctica.

Es así de simple … ¿en qué categoría te incluyes?