martes, julio 3

A veces...


A veces, se me enchina la piel, al darme cuenta de cuánto podríamos lograr los eres humanos, si tan sólo nos decidiéramos a ser meno humanos y un poco más celestiales.

Eso me pasa cuando me doy cuenta de los recursos que están al alcance de la mano. Cuando siento que podríamos darles un uso mucho más creativo, más gratificante.

Cuando me llama el coordinador del equipo de traductores, desde Alemania, para pedirme que me apure, pues el equipo de integración en Francia está esperando sólo ese archivo de español latinoamericano para continuar … sip, se me enchina la piel, se me pone la carne de gallina.

¿No sería maravilloso usar esas mimas herramientas para dar a conocer el amor al mundo?