Sueño de amor ...

Llegué al lugar, atestado de gente. La conferencia no había comenzado todavía. Hice fila para entregar mis papeles. No hubo demoras, estaba lista para entrar y acomodarme.

Apareciste junto a mí … “¿de dónde habrá salido?” me pregunto … “Por aquí” me dices, tomándome del brazo, para llevarme a algún asiento.

Lo sentiste al igual que yo, el rayo que nos atravesó en el momento en que me tocaste fue simplemente la explosión de lo que se había iniciado cuando se cruzaron nuestras miradas.

“Dios mío … ¿qué es todo esto?” las preguntas seguían agolpándose en mi cabeza.

-Gracias, quiero comprar un café antes de entrar.

-La acompaño- dijiste, mientras me conducías a la derecha, la cafetería del hotel y me llevaste a una mesa.

-Siéntese aquí mientras le traigo su café. ¿Cómo lo quiere?

-Negro, sin azúcar, por favor.

Inútil fue que durante tu ausencia tratara de explicarme lo que sucedía, tan incierto, tan falto de certezas parecía todo … ¡pero tan mágico!

Las horas que pasamos juntos a tu regreso, son imborrables. Olvidamos por completo la conferencia y tu trabajo.

Para nosotros, sólo existía nuestra presencia y nuestras voces. Reímos y lloramos juntos al compartir los sucesos de nuestras vidas. Recuerdos y fantasías que simplemente se convertían en realidad al escuchar nuestras voces.

Y no encontrábamos manera de alabar la maravilla de nuestro encuentro.

Todos mis sueños hechos realidad, todas mis esperanzas cumplidas, todo lo que le he pedido a la vida desde siempre … se hacen presentes con tu estampa.

Todavía no encuentro las palabras ni las explicaciones, mientras acaricio tus cabellos al verte dormir a mi lado …