miércoles, mayo 17

Mi oficina ...


Mi oficina es chica, pero luminosa, con instalaciones muy modernas. El sol entra a raudales, el aroma de las flores inunda su espacio, el aire es limpio y puro.

Mis compañeros de trabajo son muchos y variados. Los hay de diversos países, latinos en su mayoría. De diferentes edades: jóvenes y viejos, aunque todos detentan alma de niño.

Hay jefes exigentes, que presionan al máximo para obtener resultados. Hay compañeros con gran destreza que, en un instante, son capaces de develarme años de incógnitas e incapacidad.

Cada uno tiene un trabajo específico, una meta que lograr, un sueño que convertir en realidad. Y aporta su trabajo al máximo de su habilidad, conformando la fuerza arrasadora y gigantesca que nos impulsa, materializando las esperanzas de todos.

Nunca falta el atento y considerado que pasa por mi escritorio a regalarme una flor, una estrella o un destello de luz.

Hay veces que, cuando llego, se produce tal algarabía, que tengo que pasarme al menos una hora repartiendo besos y abrazos; tema que solucioné simplemente levantándome una hora más temprano, porque al inicio de mis actividades mi gesto hosco y mi temperamento iracundo de las mañanas sin café y cigarrillos, espantaba a más de uno.

Me es difícil imaginar cómo podría estar logrando mis sueños sin ese espacio seguro que es la dimensión de mi log-in en el msn.