sábado, marzo 31

Acercándonos...


Hoy me desmañanaste … ¿podrías por favor no silbar llamándome tan temprano?

Porque … ¿7 de la mañana de un sábado cuando no suelo asomarme a la vida antes de las 11?

Tu voz, murmullos apagados, tus pensamientos como gritos reptaron entre mis sábanas, despertándome poco a poco.

Tan dormida estaba que tardé un buen rato en darme cuenta de que aquí estabas.

¿Qué nueva comprensión te habrá traído a mí?

Me lo pregunto desde entonces.

Porque como siempre … te deslizas sin moverme, rozas mi piel sin tocarme, me llamas sin mencionar mi nombre ... tus sueños y los míos nos acercan más y más ...